El escándalo en Cantabria es mayúsculo.
Es muy probable que ya Revilla se lo esté repensando,
que se dé cuenta de que se trató de una decisión muy torpe, y que eso de
pintarrajear un faro (junto con otras cosas más) empiezan a acreditar que es un tipo
vulgar y simple, más bien simplón, y que no puede gobernar a golpe de ocurrencia.Que Cantabria se merece algo más y algo, o a alguien, mucho mejor.
Está en nuestra mano evitar la barbaridad, solo
falta que hoy a las 12.00 nos acerquemos al faro, que seamos muchos y que
digamos alto y fueron que atenten contra la estética tradicional y limpia del
faro tal y como hoy luce.
¡No faltas!, amable lector, ¡te esperamos!.
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