En la prensa de Bilbao de hoy (El Correo)
aparece la noticia cuyo titular y foto les ponemos hoy como imagen del día de
nuestro blog.
La leíamos al desayunar, en pleno confinamiento
pandémico, más bien en cumplimiento de la condena de “arresto domiciliario” impuesto por P. Sánchez a todos los españoles como sanción por un delito que ha cometido él: enfrentarse
muy tarde y muy mal al coronavirus.
Y se nos ha atragantado el desayuno; alguien no
sabe cómo promocionar Ajo, y muchas veces improvisa y casi siempre mete la pata (como aquel lamentable concierto de hace 2 ó 3 años, que acabó como el rosario de la aurora
y con un gravísimo foco de contaminación).
Ahora alguien parece que quiere “cargarse” el Faro de Ajo, pintarrajeándolo
de mala manera, con pésimo gusto. El pseudo artista, y quienes le han hecho el encargo, deben pensar que es un “bansky” a la manera montañesa … y ya, para epatar, el
alcalde dice que el faro, tras el desaguisado, tras el “faricidio”, se convertirá en el punto cultural intermedio con el Guggenheim (de Bilbao) a un lado y el Centro Botín (de Santander) en el otro …
¡Qué barbaridad!
Y
ya puestos a proponer chorradas, ¿por qué Revilla no ordena pintar la cueva de
La Ojerada con los colores del Racing?, o mejor, de rojo y blanco, como el
Athletic de Bilbao, lo que atraerá a más visitante de Vizcaya para hacerse un
selfie con la monstruosidad como fondo. ¡Vaya tropa!.