En
este “puente” del Día del Padre (festividad de San José, que por cierto no era
día festivo en Cantabria) han coincidido las mayores mareas vivas de los
últimos años, que no se repetirán hasta dentro de 18 años (en el 2033); habían
sido denominadas “las mareas vivas del siglo” … pero no fueron para tanto, es
más, creemos, por las referencias costeras apreciables desde “La Sorrozuela”,
que ni siquiera llegaron a los niveles de la marea viva del pasado mes de
agosto de 2014.
La explicación es muy sencilla; los valores de las tablas son standard, pero la realidad es otra: en la altura del nivel del mar influyen la presión atmosférica (aproximadamente un cm. por milibar), el viento, la existencia de marejada, etc. Y como esas circunstancias en estos pasados días (del jueves 19 al domingo 22) han sido neutras, el resultado es que las mareas vivas de este “puente” no alcanzaron límites espectaculares, al menos en el entorno de "La Sorrozuela".
Por cierto, para mareas de verdad, de esas que asustan, el gráfico es muy ilustrativo.
La explicación es muy sencilla; los valores de las tablas son standard, pero la realidad es otra: en la altura del nivel del mar influyen la presión atmosférica (aproximadamente un cm. por milibar), el viento, la existencia de marejada, etc. Y como esas circunstancias en estos pasados días (del jueves 19 al domingo 22) han sido neutras, el resultado es que las mareas vivas de este “puente” no alcanzaron límites espectaculares, al menos en el entorno de "La Sorrozuela".
Por cierto, para mareas de verdad, de esas que asustan, el gráfico es muy ilustrativo.
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