Parece que la moda de las bottle-mail no empezó, ni mucho menos, con la que tres jovencísimas alemanas lanzaron al mar en Asturias el verano pasado (San Vicente de la Barquera, 22 de agosto) y llegó a La Sorrozuela
el 3 de septiembre.
Lo relatamos en el blog en su día (pinchar aquí encima para enlazar).
Lo relatamos en el blog en su día (pinchar aquí encima para enlazar).
¡No!, hace unas semanas hemos conocido la
historia de una botella mensajera que otros alemanes lanzaron al mar a 950 kms. de la costa de Australia el 12 de junio de 1886, y llegó a su destino 132 años después, parece que el 21 de enero de este año 2018.
Ya ven: desde San Vicente de la Barquera a La Sorrozuela en 12 días de travesía;
desde algún punto del océano Pacífico a 950 kms. de la costa de Australia 132 años para llegar a tierra. Los misterios y las maravillas del mar.
Por si alguien quiere comparar, aquí arriba hemos puesto la nota del Capitán del barco (la hemos copiado del Washington Post), está en alemán, natürlich, y las indicaciones de cómo hacer llegar la respuesta …
¡claro era el Siglo XIX!, pero en el Siglo XXI las jovencísimas alemanas de
nuestra botella lo han tenido mucho más fácil … nos resultó suficiente
un e-mail a la dirección electrónica que pusieron de la madre de dos de ellas para reportar el hallazgo.
La noticia que comentamos es de El Correo, del pasado 7 de
marzo, y decía así:
Un Mensaje
con solera
“Encuentran en una playa australiana una botella
con una nota manuscrita, que fue lanzada al mar a finales del siglo XIX desde
un barco alemán
El
mensaje en una botella más antiguo que se conoce fue encontrado hace unas
semanas por una familia australiana en una isla al norte del continente. La
nota, fechada hace 132 años, no tiene nada de romántico, ni se trata de un
mensaje de socorro, sino de las de anotaciones técnicas realizadas por el
capitán de un navío llamado ‘Paula’ para informar al Observatorio Naval de
Alemania.
El hallazgo lo realizó Tonya Illman, que
disfrutaba de un tranquilo día de playa en las dunas de la isla de Wedge, a
unos 180 kilómetros al norte de la localidad de Perth. Descubrió una «antigua y
bonita» botella que recogió «para ponerla en mi estantería pensando que
quedaría bien», explicó esta mujer a la cadena de noticias australiana ABC.
Al retirar la arena de la botella, la novia
del hijo de Tonya observó que había una nota en su interior. «La llevamos a
casa y la abrimos. Tenía un papel enrollado con una cuerda. Estaba impreso y
presentaba anotaciones hechas a mano en alemán, con una débil caligrafía debido
al estado de la tinta», explicó.
El mensaje estaba fechado el 12 de junio de
1886 y decía que había sido arrojado por la borda desde el navío de vela alemán
‘Paula’, a 950 kilómetros de la costa occidental de Australia. Después de
investigar en internet, los Illman estaban convencidos de que habían realizado
un importante descubrimiento o, de lo contrario, eran víctimas de un engaño muy
elaborado. Eso sí, lograron determinar que la botella era realmente antigua y
correspondía a una ginebra holandesa de la marca ‘Geneva’.
Sumidos en un mar de dudas, los Illaman
llevaron la botella y el mensaje al Museo del Oeste de Australia, donde el
arqueólogo marítimo Ross Anderson emprendió varias pesquisas para datar el
hallazgo. De esta manera supo que entre 1864 y 1933 miles de botellas fueron
arrojadas por la borda de barcos alemanes. Cada una contenía una nota en la que
el capitán escribiría la fecha, las coordenadas con la situación del barco y
los detalles sobre su ruta.
Estos mensajes formaba parte de un experimento
del Observatorio Naval Alemán para estudiar las corrientes oceánicas. En la
parte posterior del papel se pedía a la persona que encontrara la botella que
informara de dónde y cuándo la había hallado y que la devolviera al
observatorio en Hamburgo, o al consulado germano más cercano.
Para autentificar el mensaje, Anderson
recurrió a arqueólogos marinos en Alemania. Estos compararon la escritura con
la caligrafía del capitán del ‘Paula’, en el cuaderno de bitácora y las notas
meteorológicas del navío. La sorpresa llegó al comprobar que el 12 de junio de
1886 el capitán había «registrado el lanzamiento de esa botella por la borda».
«La fecha y las coordenadas que hay en Alemania corresponden con las del
mensaje de la botella encontrada en Australia. Y la letra del capitán es la
misma», destacó el arqueólogo.
La botella, cuyo mensaje ha tardado más de un siglo en llegar a su destino, ha sido donada por los Illman al Museo del Oeste de Australia, donde se exhibe al público.”
Investigando con nuestro amigo Herr Google, hemos encontrado el origen de la noticia, así que, ponemos seguidamente el enlace:
La botella, cuyo mensaje ha tardado más de un siglo en llegar a su destino, ha sido donada por los Illman al Museo del Oeste de Australia, donde se exhibe al público.”
Investigando con nuestro amigo Herr Google, hemos encontrado el origen de la noticia, así que, ponemos seguidamente el enlace:
https://www.kymillman.com/oldest-message-in-a-bottle/
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