Pues sí, en el "puente" del 1 de noviembre el temporal en el mar era de los más espectaculares (mucha gente se acercó a la costa en nuestra urbanización para fotografiar cómo rompían las olas sobre los acantilados circundantes), pero la temperatura era suave (había viento sur); de los tres días llovió el sábado, el domingo le costó levantar, pero a las 13.00 h. lucía un precioso sol, hacía calor y la marea, aunque subía rápidamente impulsada por la fuerza del temporal, estaba aún baja, de hecho, un barco atracado cerca descansaba de panza sobre la arena.
Así que varios residentes bajaron al arenal, algunos (sobre todo ellas) en traje de baño, y hubo quien no perdonó darse un chapuzón. Y es que las personas valientes son capaces de bañarse en el Cantábrico en noviembre, a poco que el tiempo les de una corta tregua.
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